Tras el dulce atracón del pasado domingo, en el Vicente Calderón al Sevilla le tocó la cruz de la moneda en un partido que al descanso ya tenía dueño y que inequívocamente se desequilibró cuando en el ecuador del primer acto Fazio cometió un penalti a Koke, que al argentino le costó una más que discutible expulsión. Falcao no perdonó desde los once metros y a partir de entonces el partido fue lo que quiso el Atlético, que zarandeó a un Sevilla desecho a su antojo, matándolo con dos golpes letales de Arda Turán y Koke, cuando los andaluces esperaban el descanso para poder recomponerse.
No tuvo el Sevilla su noche y poco más hay que decir. Los andaluces salieron con buena cara, inyectando fuerza y empeño, conscientes de que el Atlético en casa es un ciclón al que hay que enfrentar sin miedos. Y el partido en su arranque tuvo igualdad, con el Atlético más voluntarioso, pero con los de Míchel bien plantados. Reyes, de hecho, fue quien primero probó suerte, con un disparo franco desde el centro del área, aunque Courtois adivinó su intención. Había un poco de todo, mucha agresividad en el Atlético pero buen resto de los nervionenses, hasta que en el minuto 22 se produjo la jugada que cambió el choque. Balón largo, Falcao lo persigue, se cruza Spahic, el árbitro deja seguir, Koke llega desde atrás, Fazio mete la pierna. Penalti, sí, pero también roja, una decisión tal vez excesivamente rigurosa. Falcao no dudó y puso el primero en el marcador. Y el partido terminó, porque el Atlético no cruzó los brazos y agitó la vara de su fútbol para castigar las entretelas sevillistas. El equipo resistió como pudo, pero en el minuto 40 fue sorprendido a la contra, tras un control con la mano de Falcao, y Spahic desvió adentro un remate cruzado de Arda Turan. El segundo parecía ya casi definitivo, pero la noche se volvió incluso un poco más oscura apenas dos minutos después, cuando una jugada sensacional de Diego Costa acabó en gol de Koke.
En la segunda parte el Sevilla tenía la difícil papeleta de caer con dignidad, planteando batalla a los colchoneros, pese a estar en inferioridad. E hizo lo que pudo, ostentando más posesión al principio y aguantando los acelerones locales, competiendo bien, pero derrumbándose con en la recta final del choque, que deparó dos rojas más, a Rakitic y Luna, y el cuarto para los locales, aprovechando en pleno descuento Miranda un rechace de Palop tras seco disparo de Filipe Luis. Fue el punto y final a una noche horrenda para los de Nervión.
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