No es poco que el equipo haya respondido en estas dos salidas consecutivas. El cambio de chip, el querer todavía pelear por algo hasta final de temporada ha hecho resurgir al grupo de Míchel.
Poco dábamos por este Sevilla ante sus dos salidas consecutivas fuera de casa. Sin ser grandes rivales, Rácing y Granada se planteaban como esos partidos "tontos" en los que el equipo no respondía como debía.
Sin embargo, hizo sus deberes en ambos campos, con más suficiencia de la esperada. Ha bastado un par de partidos con verdadera intensidad para conseguir dos goleadas a domicilio, algo utópico hasta la fecha en esta nefasta temporada.
Factores para este cambio, el primero de todos, el querer. El querer tener algo por lo que luchar de aquí a final del campeonato. Se podía hacer muy larga la temporada sin estas dos victorias, quedando en una tierra de nadie donde no hay motivación ante los puntos en juego.
Navas sigue en alza, percutiendo una y otra vez por su banda. Reyes parece haber acatado las críticas e hizo uno de sus mejores partidos desde su retorno, y Negredo, por fin parece decidido a ponerle las cosas difíciles a Vicente del Bosque de cara a la selección de delanteros para la Eurocopa. Además, Manu le mantiene el pulso por el pichichi sevillista y sumó de nuevo un doblete.
Atrás, el pero sigue siendo Coke, muy lejos del nivel necesario para ser ni tan siquiera un lateral decente en primera división. Será baja para el Mallorca, junto con el otro lateral, Navarro. Habrá que ver qué solución encuentra Míchel para este contratiempo. Desde aquí, nuestra sugerencia: Morales y Luna, dos grandes laterales que vienen apretando desde atrás.
Y ahora en el horizonte, el Mallorca, del siempre complicado Joaquín Caparrós. Con la cacicada otra vez de los horarios (hay que tener pocas luces para poner un partido en Lunes Santo en Sevilla...), habrá mala entrada en el Pizjuán en un partido que se antoja de nuevo imprescindible para seguir mirando hacia arriba para seguir soñando con una plaza europea.
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