Agárrense que vienen curvas, y el que avisa no es traidor. Partido grande en el Ramón Sánchez Pizjuán el próximo jueves (21:05). Olvídense de que se trata apenas de los 'playoffs' de la Europa League y de que estamos en pleno mes de agosto porque este duelo, visto el espectáculo del AWD Arena de Hannover, va a deparar una vuelta de altísimo voltaje en Nervión.
Vaya por delante que no estuvo mal el Sevilla. Poco más se puede pedir a los de Marcelino en el primer partido oficial de la temporada, por mucho que el resultado puede indicar otra cosa. El problema fue, como suelen olvidar algunos en esos análisis precipitados tan en boga, que el rival también juega y el de los rojiblancos fue un demonio vestido de rojo que se apoyó en el incansable aliento de su fiel y entregada hinchada para contrarrestar la teórica superioridad técnica de los sevillistas.
Descomunal el despliegue físico del equipo de Mirko Slomka, que se multiplicó hasta la saciedad en pos de un objetivo que ya ha cumplido a medias, porque demostró a su gente que puede darle un susto bien grande al 'bicampeón' de la UEFA. Lógico que acabaran dando la vuelta como los buenos toreros.
El partido respondió a las expectivas. Se sabía que el Hannover era un enemigo de cuidado y a fe que lo demostró desde el primer minuto. Con su fútbol vertical, ajeno a todo artificio, y su defensa de acero, salió a buscarle las cosquillas a un Sevilla que llegaba avisado tras el descalabro del pasado año en Braga.
Y prontó se las encontró tras un mal despeje de Spahic, que despistó a Escudé y permitió a Abdelleaue asistir a Schlaudraff en el primer tanto teutón. Corría el minuto 6 y a los rojiblancos se les aparecían todos los fantasmas del mundo.
Máxime cuando Rausch casi logra el 2-0 tres minutos después con un potente disparo que Palop, sorprendente titular, se quitó de encima como pudo.
Poco a poco, el Sevilla fue tomando el pulso al encuentro aunque Zieler, portero del Hannover, seguía siendo un mero espectador por mucho que Navas, omnipresente a lo largo de los noventa minutos, se empeñara en tirar del carro.
No fue hasta el minuto 31 cuando el meta germano sufrió su primer gran susto. Negredo controlaba un pase en largo de Kanouté y disparaba a puerta sin aparente peligro, pero la pelota rebotaba en un defensor alemán y acababa estrellándose en el palo izquierdo.
El Hannover 96, alumno ejemplar donde los haya, no se inmutó lo más mínimo y siguió a lo suyo. Fruto de ello fue una nueva ocasión del conjunto de la Baja Sajonia que Palop, brillante en su regreso a la titularidad, despejó de forma providencial porque el remate de Abdellaoue había sido a bocajarro.
El encuentro era un campo de minas para el Sevilla, pero la pegada de los nervionenses, a prueba de bombas, igualó la contienda en una triangulación modélica entre Coke, Negredo y Kanouté, que no tuvo más que empujar el esférico a las mallas.
Sin embargo, poco le duró la alegría a Marcelino, que tuvo que ver como su equipo encajaba un segundo gol al filo del descanso. Otra vez Schlaudraff, tras una pared de manual, se encargaba de colocar el esférico allí donde no puede llegar ningún arquero.
La segunda parte acrecentó las ansias del Hannover por salvaguardar su tesoro, confiando en alguna acción aislada para rematar la eliminatoria. No llegó, pero Schlaudraff casi firma un 'hat trick' en un remate pleno de pillería y Pinto casi la 'clava' con un trallazo desde 25 metros.
También tuvo sus opciones el Sevilla, sobre todo en un cabezazo de Kanouté ajustado a la cepa del palo izquierdo que Zieler desvió a córner, y en otro remate con la testa de Manu del Moral que tampoco sorprendió al meta germano. En ambos casos, los centros habían sido de Navas.
Así se llegó al final del encuentro. Un partido jugado de poder a poder que deja las espadas en todo lo alto. Le toca mover ficha al Sevilla y con la ayuda del Pizjuán, la remontada está un poquito más cerca.
Previa Sevilla FC - Real Betis
Hace 1 día
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